El padre Julio Celí tuvo la inquietud de entregar este centro educativo a una comunidad de religiosos que se dedique a la educación, para lo cual en 1964, inicia sus gestiones ante los hermanos Maristas, que en ese entonces ya se encontraban en la ciudad de Catacocha.
El Párroco de Macará logró contactar con el Hno. Zoísmo Pérez, provincial marista, en una de las visitas que hacía a las comunidades de Ecuador; le invitó a visitar la ciudad y le solicitó Hermanos para su escuela. Por ambas partes hubo compromisos previos y desde entonces, tanto el párroco como la ciudadanía, comenzaron a trabajar para que las promesas se hicieran realidad.
Pasaron algunos años y el primer entusiasmo parecía haberse enfriado. El padre Julio Celí fue reemplazado por el Padre Ricardo Fernández, lo que contribuyó a a que las gestiones fuesen más lentas y la llegada de los Hermanos daba la impresión de que nunca se realizaría. La ciudadanía, consciente de la realidad del problemas,quiso acelerar las gestiones formando una comité, denominado "PRO-FUNDACIÓN MARISTA" , que se encargaría de llevar adelante la construcción de la casa de los Hermanos y las aulas para la nueva escuela.
Fue a finales del año 1968 y principios del 69 al acercarse el nuevo curso cuando se tomó la decisión de no dilatar un día más la llegada de los Hermanos Maristas.
En los primero Días del mes de marzo, fue una comisión a Quito, encabezada por el P. Ricardo Fernández con el fin de solicitar ayuda del Presidente de la República y lograr de los superiores Maristas la promesa formal de que en el curso que comenzaría en mayo de 1969 se hiciesen cargo los Hermanos de la "Escuela Fisco- Religiosa San Tarsicio". El Sr Presidente de la República Dr. José María Velasco Ibarra, les ofreció todo apoyo y solicitó a los superiores Maristas atendiesen favorablemente ala delegación de Macará. La coincidencia de que se encontraba en aquellos días el Provincial Marista, Hno. Angel Pastrana en Quito, hizo que les pudiese recibir en el Borja N°- 2, el día 4 de marzo.
El Hno. provincial les prometió llegar hasta ka ciudad y comprobar la realidad de la propuesta y de ser favorable, los Hermanos irían a Macará, actitud que llenó de entusiasmo y esperanza ala población.
Con la ayuda del Sr. Presidente de la República, las obras se aceleraron y, a finales de marzo, cuando llego el Hno. Provincial, en compañía del Sr. Obispo de Loja, Mons Luis Crespo Chiriboga y algunos Hnos. Maristas ya estaban adelantadas las construcciones , lo que hizo que el Hno. Provincial les prometiese definitivamente Hermanos, con la condición de que las obras se terminaran a mediados de abril.
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